DIARIO DE UNA PANDEMIA
QUEDADA EN EL BALCÓN
Durante estos largos meses del
estado de alarma que hemos tenido se ha podido ver la solidaridad entre los
vecinos y conciudadanos de cualquier ciudad o pueblo, las 20:00 horas era ese momento en que todos dejábamos lo que
teníamos en manos para poder salir a balcones y ventanas a aplaudir a aquellas
personas que estaban luchando por la vida de aquellos que estaban a su cuidado,
los sanitarios, pero también estaba un amplio abanico de gente que estaban en
primera línea de fuego: transportistas, limpiadores ya sean de los centros
hospitalarios, o residencias, como de las calles, comercios, fuerzas de
seguridad, policía, bomberos, trabajadores de las residencias, en fin un gran
número de vidas humanas con medios a veces insuficientes han hecho todo aquello
posible para que esas personas que estaban a su cuidado estuvieran lo mejor
posible, sabiendo que a veces las circunstancias eran muy duras y complicadas,
pero había que estar juntos y luchar por acabar con ese enemigo común que era
esa pandemia que nos azotaba y sigue azotando. Aunque pensemos que todo el
peligro ha pasado no es así; hay que ver que a veces con la irresponsabilidad
de unos pocos surgen esos indeseados brotes para que hagan que se vuelva hacía
atrás.
Era duro no poder salir de casa
sólo para lo indispensable: comprar, farmacia o incluso ir a trabajar, algunos
tenían la suerte de poder hacer teletrabajo; otros sin embargo, era el trabajo
presencial, y aunque la situación era muy dura y complicada, casi agradecías
poder salir de casa para dar el paseo, aunque todo aquello que se veía, calles
vacías….con apenas coches, daba mucha tristeza, pero sabíamos que era lo que se
debía hacer en ese momento. A veces te tocaba la hora de los aplausos en la
calle, salida del trabajo, y aunque fueras andando siempre aprovechabas para
aplaudir y escuchar esas canciones que se han hecho himnos en estos momentos
del confinamiento…..casi ya la sabíamos de memoria y nos poníamos a cantar
aunque no tuviéramos ganas……también emocionaba ver en esos momentos esas
fuerzas de seguridad, bomberos. Ambulancias o incluso los autobuses urbanos que
daban al claxon para saber que apoyaban a los sanitarios. Seguro que más de una
vez las lágrimas nos han inundado los ojos o se nos ha puesto la piel de
gallina de esa emoción vivida y sentida, pero lo que no hay que hacer es perder
la guardia, sino todo lo contrario, ser responsables por nosotros mismos y
todos los que nos rodean; es muy triste no poder dar besos, abrazos a nuestros
seres queridos, pero peor es que por la inconciencia de unos pocos no volver a
verlos nunca más; por favor ser responsables; y si este año será difícil para
todos, y a lo mejor las vacaciones serán distintas es mejor eso que nada, ya
habrá tiempo de poder disfrutar con los amigos o familiares aunque sea en otro
momento. Hay que saber vivir con la
realidad del momento, y no pensar que a nosotros por disfrutar como si nada
hubiese ocurrido no nos va a pasar nada, nunca se sabe dónde puede estar ese
peligro….
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