DIARIO DE UNA PANDEMIA

 

SONRISAS ESCONDIDAS

Durante todo este año de pandemia que estamos sufriendo nos ha obligado en muchas situaciones de nuestra nueva vida a esconder esas sonrisas que sacamos en momentos destacados, es verdad, que aunque hagamos ese gesto de sonreír se queda solapada gracias al uso de la mascarilla, aunque a veces la podamos intuir por el reflejo que pueda darse en la cara, no es tan abierta como pudiera darse en situación normal. Es una pena que aquello tan cercano como una caricia, abrazo o beso este virus nos impida darlos con tanta facilidad como podía ocurrir antes. Estoy segura que en estos momentos te acuerdas de mucha gente que conoces, amigos, vecinos y conocidos que hace tiempo que no ves, y ya no sabes que pensar si estarán bien o no….

E incluso cuando sales a la calle para trabajar o comprar o incluso para pasear antes siempre te encontrabas con aquellas personas que formaban parte de tu vida de una forma u otra y esa conversación que podías tener era una terapia para nosotros; aunque íbamos siempre con mucha prisa, nos hacía comprender que necesitábamos hacer un alto en el camino y frenar algo nuestra vida; pero no pensábamos que iba a ser de esta manera, ya que era triste ver las calles vacías y esa tristeza se reflejaba en nuestro corazón, comprender que había gente a la que queríamos que se nos han ido sin poder decirles un adiós en condiciones, y darles ese abrazo o beso a sus familiares es muy duro.

Pero más difícil es  comprender viendo la situación que tenemos que no seamos responsables y pensemos en los demás que nos rodean y queremos, y sin embargo, sólo pensemos en nosotros mismos; es verdad que el estar encerrados en casa y salir lo imprescindible nos cambia el humor y nuestra rutina, no nos gustan que nos impongan las cosas, tenemos esa libertad para hacer aquello que queramos o deseamos hacer; salir o viajar, la verdad que es muy bonito y necesario para todos, pero no nos damos cuenta que ahora la situación es muy diferente a como lo era antes, y si ahora toca salir menos es por nuestro bien y el de los demás, ya habrá tiempo de volver a reuniones familiares y de amigos y disfrutar cómo lo hacíamos antes, pero creo que es mucho mejor hacerlo más tarde que no hacerlo nunca. Hay que ser responsable y pensar en todos aquellos que seguimos en primera línea de fuego teniendo cuidado e intentando ayudar aquellos que tenemos a nuestro alrededor, y a veces aunque no tengamos ganas de sonreír abiertamente seguro que ver el cariño o el agradecimiento de los otros saldrá esa sonrisa aunque esté algo escondida.

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